Fijar normas básicas de comunicación ayuda a evitar confusiones y malentendidos en las reuniones virtuales. Por ejemplo, utilizar señales visuales o funciones como “levantar la mano” en la plataforma, evita interrupciones y desorden. Acordar de antemano quién moderará y cómo se dará la palabra contribuye a un clima de respeto y equidad, donde todos los miembros pueden expresarse sin temor a ser ignorados. Estas reglas no sólo optimizan el flujo de la conversación, sino que también fomentan un ambiente más inclusivo y profesional.